USA | Una Navidad Mágica
- almadeviajeros
- 29 dic 2018
- 2 Min. de lectura

La Navidad puede ser un día más o un día mágico, sin importar la religión que cada uno profese. Pero para quienes que tenemos niños, el traspaso de las tradiciones que nos acompañaron desde pequeños es algo serio y armar el árbol se transforma en una ceremonia familiar infaltable.
Rompiendo una de las más arraigadas costumbres argentinas (la de reunirnos irremediablemente en familia para pasar las fiestas), decidimos armar las valijas y pasar una Navidad fuera de casa. La reacción natural ante quién perturba las tradiciones no se hizo esperar: “¡Qué atrevidos!” pensaban en nuestro entorno. “¡Qué miedo!” pensamos nosotros.
Para no equivocarnos, elegimos como destino el “Lugar más feliz del mundo” (The Happiest Place on Earth): con una mezcla de trajes de baño y camperas, nos fuimos a Walt Disney World para celebrar nuestra primera Navidad diferente.

Orlando es siempre, por definición, una fiesta. La magia de los parques temáticos de Disney atrapa hasta los más escépticos en un viaje que los conduce desde las memorias de la infancia hacia las nuevas aventuras que el destino tiene para ellos. Si a eso le sumamos la dedicación que estos maestros del marketing ponen en eventos como Epcot International Flower & Garden Festival -en donde se exhiben más de 30 millones de flores y arreglos florales de todo tipo-, Mickey's Not-So-Scary Halloween Party (Fiesta de Halloween no tan Terrorífica de Mickey), y por supuesto, Festival of the Holidays -Festival de Fin de Año-, la formula casi garantiza el éxito.
La recepción no pudo ser mejor: árboles de Navidad gigantes, nieve, guirnaldas y muérdago en cada rincón; personajes “nuevos” (aparte de los clásicos) nos recibieron con villancicos y abrazos festivos, y Papá Noel junto a todo su equipo de renos y duendes dieron a las calles de Magic Kingdom un clima especial. Por supuesto, el broche de oro del día fue el tradicional desfile con todos los personajes vestidos de gala en rojo, verde y blanco, y coronado por los más navideños fuegos artificiales que puedan imaginar.
La visita a Epcot cerró nuestro breve pero festivo paso por Walt Disney World, donde pudimos recorrer las tradiciones de los 11 países que lo componen (México, Noruega, China, Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón, Marruecos, Francia, Inglaterra y Canada), cada uno con su vestimenta y alimentos típicos.
Al caer la tarde buscamos lugar en el anfiteatro frente al pabellón de los Estados Unidos para disfrutar del Candelit Processional (Procesión de Luz de Velas), donde una orquesta de 50 músicos acompañada de un coro de 200 cantantes, una intérprete y una celebridad narran la historia de la Navidad a través de un conmovedor viaje que combina música y emociones.

Con el corazón lleno de magia, volvimos a casa planeando nuestra próxima Navidad lejos de nuestro hogar.
Florencia
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